El Centro Cívico ‘Adolfo Suárez’ acogía ayer viernes la conferencia ‘Aprender a Educar’, en la que se abordaba cómo evitar el mal comportamiento y el fracaso escolar. La charla forma parte de un proyecto de nueva creación, titulado Aprenderaeducar.org y llegaba de la mano del equipo formado por Pedro García Aguado, conductor del programa de televisión “Hermano Mayor” y Francisco Castaño Mena, profesional de la educación con años de experiencia en la atención de adolescentes y sus familias.
El Ayuntamiento de Loja ha impulsado esta conferencia dentro de las actividades de concienciación y prevención que se han ido articulando en la comisión local de seguimiento contra la violencia de género en la que están representadas las instituciones junto con los profesionales sanitarios y educativos de la comarca del Poniente.
El Centro Cívico se llenaba por completo para vivir un acto del que se pudieron extraer muchas conclusiones y que dejó muy satisfechos al medio millar de asistentes que se dieron cita en el mismo.
García Aguado y Castaño Mena vienen mostrando a lo largo de su ciclo de conferencias a los padres cómo guiar a los hijos durante su crecimiento, de una forma práctica y amena, siguiendo la premisa de que “no tenemos la fórmula secreta de la educación, pero sí os podemos dar unas pautas educativas que os ayudarán a conseguir que vuestros hijos e hijas sean unas personas felices, autónomas, responsables, ricas en valores y con capacidad para manejarse en la adversidad”, señalaba el coach del programa televisivo.
En la actualidad, Pedro García Aguado compagina su labor en televisión con la asesoría especializada en diferentes áreas relacionadas tanto con la enfermedad de la adicción como con los trastornos de conducta en adolescentes. Es coautor, junto al propio Francisco Castaño Mena del libro ‘Aprender a Educar. Evitar el mal comportamiento y el fracaso escolar’.
Asimismo, ofrece conferencias y realiza talleres que intentan que los padres y madres encuentren herramientas que les ayuden a tratar el tema de la educación de sus hijos, haciendo hincapié en la educación en valores y en el fomento de la inteligencia emocional como pilares fundamentales en su desarrollo.
En cuanto a Francisco Castaño es profesor de Educación Secundaria. Compagina sus clases con la atención personalizada en el Centro TEMPUS, dirigido por Pedro García Aguado, de Barcelona y en el Centro Médico MEDIBAIX de Castelldefels. Asesor y Orientador Familiar en la educación de niños, fracaso escolar, casos de trastornos de conducta en adolescentes, orientación y asesoramiento a los familiares de jóvenes con problemas de adicción.
“La gente está concienciada, por eso viene a estas charlas y a la escuela de padres”, nos cuenta García Aguado. “Nosotros no somos pretenciosos, no pretendemos decirle a los padres que están educando mal, pero sí pretendemos decirles que haciendo ciertas cosas, quizás el resultado que van a obtener puede ser diferente, porque nos estamos encontrando con muchísimos casos de violencia filio-parental que con una educación basada en el sentido común se podría haber evitado”.
Así, tal y como explica, en sus conferencias lo que hacen es ponerse en la piel de padres, en la piel de expertos “porque tratamos con muchos casos en la asesoría que tenemos en Barcelona de este tipo de violencia, mal comportamiento y fracaso escolar y entendemos que con unas pequeñas pautas se pueden evitar este tipo de conflictos”.
“En las charlas nos vemos reflejados todos, porque hablamos de los cuatro tipos básicos de padres: el autoritario, el sobreprotector, el excesivamente colega, pasota o despreocupado y, por último, los padres y madres conciliadores. La gente se ve reflejada y muchos salen motivados pensando lo que tienen que cambiar en la educación de sus hijos”.
Precisamente, la conferencia que se viene realizando y que ayer se ofrecía en Loja, está basada en un libro publicado el pasado año bajo el título ‘Aprender a Educar’, de tal forma que se manejan tres bloques. Por un lado, se hace un repaso rápido del cambio socioeducativo que ha habido en los últimos años, “donde hemos pasado de la escuela de los años 50 donde la letra con sangre entraba y todo aquello del sentido del deber y la disciplina y el esfuerzo a un tipo de escuela casi más creativa, donde se potencia en algunos casos el talento, pero sí que ha habido un cambio radical a que todo ha de ser demasiado fácil. Entendemos que eso ha traído una serie de conflictos, sobre todo para la capacidad de esfuerzo de nuestros jóvenes. Dando ese repaso nos centramos en las nuevas tecnologías, los problemas de uso que están teniendo las nuevas tecnologías, y que en vez de ser una cosa que facilite la vida en ocasiones está trayendo muchos conflictos dentro del ámbito del hogar y damos unas pautas para cómo los padres pueden abordar y ayudar a sus hijos a hacer un buen uso de estas nuevas tecnologías, de los móviles, de las redes sociales…”.
La charla también se adentra en las reglas del juego, “es decir, entendemos que la educación tradicional está basada en las normas, en los límites y evidentemente en las consecuencias, y eso puede hacer que nuestros hijos sean muchísimo más seguros el día de mañana, porque cuando a un chico tú no le pones ninguna norma, ningún límite y nunca le dices que no a nada, posiblemente crecerá en un mundo irreal, un mundo en el cual piensa que todo lo que quiere va a ser concedido de manera inmediata y que todas las cosas van a ser como él o ella quiere, y desde ese punto de vista entendemos que eso no genera seguridad ni felicidad, sino todo lo contrario, muchísima inseguridad y muchísima infelicidad. Por eso abogamos en cómo los padres tenemos que, desde el cariño, pero con autoridad, guiar en el camino del crecimiento y la maduración a nuestros hijos, sobre todo, haciendo un buen uso de las normas y los límites y sabiendo que si se saltan esas normas y esos límites habrá unas consecuencias, que no son castigos, sino esas consecuencias que todos en algún momento hemos sentido al no hacer las cosas como debíamos”, explica Pedro García Aguado.
La conferencia concluye entrando en una confrontación de los valores que rigen ahora a la juventud, “que son valores que han venido del progreso, como pueden ser el deseo de satisfacción inmediata, el culto a la imagen, el hecho de tener que ser más o menos popular dentro de una red social y cómo se puede complementar muy bien con aquellos valores tradicionales que a nosotros nos inculcaron, que parece mentira que en algunas familias se han denostado, y que son el valor del esfuerzo, la perseverancia, el respeto, la disciplina bien entendida y cómo se puede volver a inculcar ese tipo de valores”, explica.