Hay ganas de feria en Loja. El municipio quiere recuperar toda su actividad que, desde siempre, le permite despedir el mes de agosto. Una especie de estasis veraniego que casi lo concluye y que aventura la vuelta a la rutina de un nuevo curso. Así vive el lojeño estos días que ya se han iniciado con eventos tan locales como su Volaera Flamenca o la Cena de los Mayores, esta última esperada desde hace tres años.
El Complejo de Piscinas Municipales Genil ha sido de nuevo el escenario elegido para tan importante evento. Más de 1.300 mayores se han sumado a la cita acudiendo desde la ciudad y las pedanías, a excepción de Ventorros de San José que celebró su homenaje dentro de sus fiestas de verano. Ya fuera en vehículos propios o en los autobuses facilitados por el Ayuntamiento, todos acudieron puntuales. También se ha contado con el apoyo de Cruz Roja, Protección Civil, Policía Local y trabajadores de residencias que han facilitado la asistencia de usuarios y personas con movilidad reducida. A ello se ha sumado las empresas de ayuda a domicilio y teleasistencia.
El trabajo de los técnicos del Área de Bienestar ha sido constante para tener todo preparado para este momento. A ello se ha sumado la labor de la empresa local de hostelería Grupo Abades que ha facilitado un copioso menú de tres platos y postre. La presentación también ha tenido acento local con la participación de Eventos Non Stop.
Como es habitual, los mayores han acudido con sus mejores galas y la mejor de sus sonrisas. Después de dos años sin esta actividad había ganas de volver a reunirse con vecinos, amigos y familiares. También hubo reencuentro con familias que emigraron del municipio y cada año retornan por sus fiestas. En el recuerdo quedan los encierros obligados y la soledad de toda una pandemia.
Desde el consistorio lojeño se ha sorteado cuatro cenas para disfrutar de las instalaciones de ABADES en el municipio. Se ha aprovechado además para reconocer a dos parejas que cumplían sus bodas de oro y que no acudieron a una celebración anterior. Al margen de ello cada comensal quedó agasajado con una merienda en el Hotel El Mirador en la que se podrán llevar una taza de recuerdo. Desde el Centro Ocupacional crearon unos imanes conmemorativos que también han sido entregados a cada participante.
Como en pasadas ediciones, y como reflejo de tal homenaje, se ha reconocido con una placa a la mujer y al hombre más longevo. Con 93 años cada uno, en esta edición se ha destacado a Teresa Zafra y Luis Díaz. Mientras la mujer había abandonado la cena a la hora del reconocimiento, Díaz lo ha celebrado bailando un pasodoble. Ha sido todo un ejemplo de fortaleza y ánimo.
Matilde Ortiz, concejala de Bienestar Social, se ha mostrado muy satisfecha con la asistencia de la cena y admite que no hay palabras para describir este reencuentro después de dos años muy negativos para todos. “Una noche maravillosa y muy emocionante” admite Ortiz que añade que “es un homenaje mínimo para lo que los mayores se merecen”. Por último se acordó del esfuerzo de todo el personal de Servicios Sociales.
Como la “cena del reencuentro” ha bautizado el alcalde, Joaquín Camacho, este evento que aseguró permite volver a verse a personas de Loja pero también a lojeños que retornan a su tierra por las fiestas. El regidor se mostró muy alegre de recuperar esta cena que permite olvidar los momentos de tristeza y soledad vividos. “Esta feria no podía empezar de otra forma que con el corazón y sentimiento de nuestros mayores” ha destacado el primer edil lojeño.
