Es una de las devociones más importantes de la ciudad, como atestigua la medalla de plata que luce. San Roque volvió a reunir a su barrio en torno a él como cada 16 de agosto. Fue el momento principal de unas fiestas que han mantenido activo al Barrio Alto durante cuatro días. Jornadas de eventos tradicionales que permiten mantener una de las fiestas más longevas del municipio.
Tras la misa en su honor, oficiada por el párroco de la Iglesia de Santa Catalina, Manuel Molina, la comitiva se comenzaba a conformar en torno a la ermita. Horquilleros de polo verde esperaban comenzar una cita calurosa pero llena de ilusión. Los tambores de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, Apostolado y Nuestra Señora de la Esperanza comandaron el desfile seguidos del guión propio de la Hermandad de gloria y el de Cofradía que comparte sede. Algunos vecinos alumbraron durante todo el recorrido.
San Roque estuvo acompañado musicalmente por la Banda de Tambores y Cornetas Flor Entre Espinas. Como procesión oficial que es se contó con los maceros, figura que representa el poder de la soberanía popular, que anunciaban la presencia de los miembros de la corporación municipal con el alcalde a la cabeza. Estuvieron presentes dos representantes del PSOE y ocho del Equipo de Gobierno.
Delante de San Roque se encontraban las tres vecinas elegidas como damas y reina de las fiestas. El párroco acompañó a la comitiva en todo el recorrido, contándose también con representantes de la Hermandad y de la Peña La Orza, esta última muy unida a este Santo.
Durante el recorrido no faltaron los vítores y los balcones engalanados. El momento más especial se vivió cuando el Santo llegó a la Iglesia de Santa Catalina, mirando al interior de un templo que lo acogió mientras se restauraba su actual ermita.
La comitiva cumplió horario y se recogió en torno a las 23:30 horas. Tras la procesión la fiesta continuó con la tradicional degustación de sangría en la Peña la Orza, lugar que acogió a la corporación municipal inventándoles a un aperitivo. Mientras tanto, la Plaza del Carnaval acogió el concierto del grupo lojeño Los Satélites, preámbulo de una fiesta que duró hasta altas horas de la madrugada.
Ya en la jornada del sábado un espectáculo flamenco con las actuaciones de la escuela de baile de Cristina Vargas, la actuación de Lourdes Martín acompañada al piano por Maribel Cáceres y al baile por Jesús Bonilla, y la Escuela de Sevillanas Pequeñas Flamencas, representó el final de las Fiestas de San Roque 2019, prolegómeno de la Real Feria Grande de Loja.
