La ciudad ya ha sido pregonada en fiestas y el municipio se prepara para 7 días ininterrumpidos de actividades de ocio. Fue ella, Loja, la testigo de la exaltación de sus bondades y la que comprobó las ganas que hay de disfrutar del encuentro con familiares, amigos y foráneos. El Mirador Isabel I de Castilla se llenó de público para arrancar los últimos días de agosto con la alegría que se merece.
El pregón fue un suspiro valioso de aire renovado. Ese que entra con fuerza en los pulmones y nos permite rejuvenecer. Esa ilusión recuperada que nos anima a comernos la vida desde el alba, de cabo a rabo. Una vida con cante, baile y emoción.
Fue un regalo para Loja el que este pasado 24 de agosto, el grupo ‘Suspiros del Alba’ ofreció con su pregón. Sin apenas días para prepararlo han demostrado que son todos unos artistas. Auxi Morales, Diego Santiago, Noelia Membrilla y Antonio Cáceres, dieron una lección de amor a su tierra.
Fue la madre de Auxi, en este caso Márquez de apellido, la encargada de presentar a los pregoneros. Ésta enfatizó la formación de un grupo que se creó con el esfuerzo de sus componentes y que hoy en día se afianza en diferentes tipos de fiestas. “Grupito, flamenquitos, pero mucho más”, destacó Márquez convencida de la valía de sus atributos musicales. Pidió comprensión, al recordar el poco tiempo de preparación con el que habían contado, pero se mostró segura de que era un gestó de defensa hacía su municipio.
Con cada uno en sus puestos, al micro Auxi y Noe, a la caja Zocato y al piano y guitarra Diego, todo comenzó con música. La primera canción hacía honor al nombre del grupo y daba la entradilla a la primera alocución. Fue Auxi la primera en hablar reseñando los inicios del grupo. Esos comienzos estuvieron marcados por la pandemia, y como de ella surge este suspiro de vida.
Preciosa fue la primera canción dedicada a Loja. Ejemplo del regalo que le hacen a su tierra, la letra enfatizaba las bondades que ésta atesora. Fue ovacionada por un público entregado que reconocía el mérito de tal creación.
Y llegaba el turno de Noe, la granadina adoptada lojeña. Reconoció que quién le iba a decir a ella que iba a ser pregonera de la Feria de Loja y mostraba gratitud por tal encomienda. Recordó parte de sus ferias y como todo lo que hacía era cantando. Aunando voz y cante, Noe animó a vivir la feria con todas las ganas.
Diego se centró más en sus vivencias de juventud con la feria y en ser más reivindicativo. “Queremos que la feria sea lo que fue”, enfatizó para pedir un “ferial para vivir la feria desde el día a la noche”. El lojeño pidió disfrutar de la feria como niños.
La emoción la puso Antonio Cáceres ‘Zocato’. Recordando las labores de hostelería de su familia, le faltó la voz al recordar a su abuelo y los tiempos vividos en la caseta de la Peña Flamenca Alcazaba. Pidió respeto y paciencia para aquellos que trabajan en la feria, y con un humor propio despertó las risas de los presentes. Con su naturalidad, llamó al escenario a su padre, presidente de la peña, quien también contó algunas de sus anécdotas y defendió el papel del certamen de la ‘Volaera’.
El baile no faltó gracias a cuatro pequeñas integrantes de la Escuela de Baile Soñar y Sentir de Huétor Tájar. Éste fue el paso previo a la defensa del fervor hacia la patrona, la Virgen de la Caridad. Unas sevillanas en su honor pusieron en relieve la importancia devocional de Ella.
Con un listado de propósitos para disfrutar la feria al máximo, el grupo se despidió con cohetes y jaraneo. Abrazados entonaron el esperado “la Real Feria Grande de Loja ha sido pregonada”. Fue el culmen bañado en aplausos para un regalo en forma de pregón que queda para la historia del municipio. Loja inicia su feria con un suspiro para disfrutarla sin descanso del alba a la noche.
