Los lojeños enferman menos de cáncer con respecto al resto de habitantes de la provincia pero padecen más de cardiopatías, cirrosis y arterioesclerosis. Son algunas de las conclusiones que se pudieron extraer de una de las charlas incluidas en la III Semana de la Salud de Loja que expuso de qué enferman y mueren los vecinos de Loja.
El epidemiólogo Carlos del Moral, que ha analizado el estado de salud de los lojeños, fue el encargado de ofrecer esta conferencia basada en los últimos datos existentes al respecto, en el periodo que va de 2007 a 2011. En concreto, Loja padeció 482 cánceres de distintos tipos en esos cuatro años y solo en los cánceres de pulmón y colón esa tendencia se invierte. “Son los dos cánceres más extendidos en Loja, especialmente significativos entre los hombres y, por supuesto, relacionados con los hábitos de vida de esos lojeños”, explicó Del Moral.
Según los datos del estudio, Loja está por encima de la media andaluza en lo que a costumbres sanas se refiere, como la práctica deportiva, una dieta adecuada y poco consumo de sustancias tóxicas. A pesar de ello, la ciudad sí destaca negativamente en ciertas enfermedades, como las isquémicas o cardiopatías –especialmente en hombres de hasta 44 años y a partir de 75–, la enfermedad cerebrovascular y la arterioesclerosis -en mujeres de más de 74 años–, la cirrosis –en hombres de hasta 44 años y de más de 65– y el suicidio –a partir de 15 años en los hombres y a partir de los 45 en mujeres–.
Según Del Moral, la sociedad lojeña está “muy concienciada” con la prevención. Las tasas de vacunación son muy superiores a la media y también la detección precoz de cánceres como el de mama. Como ejemplo de ello, el 99% de los niños lojeños tiene el calendario de vacunas al día a los 4 años. Además, el centro sanitario lojeño ha detectado 6 cánceres de mama en estadio precoz en los dos últimos años. “La incidencia de enfermedades infecciosas, incluidas las vacunables y de transmisión sexual, es muy baja. Son datos reveladores de que las cosas se están haciendo bien”, apunta el médico.
No todo es positivo, y, como explicó el epidemiólogo, “la población de Loja se caracteriza por estar relativamente envejecida y por padecer mucha hipertensión, especialmente las mujeres”. “Además, las enfermedades crónicas como diabetes o HTA son demasiado frecuentes entre los vecinos y eso perjudica al cuadro de salud general de los lojeños”, matizó el médico. Un 13,5% de los niños y un 4,3% de los adultos lojeños tienen asma, un 7,2% padecen diabetes, el 3,2% sufre EPOC, el 19% HTA y el 1,1% insuficiencia cardíaca. Son todos porcentajes más altos o mucho más altos que la media, según el análisis presentado. En el otro lado de la balanza, los hábitos de vida buenos que tiene el municipio: los lojeños consumen más verduras y fruta que la media andaluza y, además, sufren menos sobrepeso u obesidad.
