Monserrat Pérez García es una investigadora lojeña que trabaja en estos momentos en la obtención de energía a partir de los lodos de las depuradoras. Con un currículo que la sitúa entre los más reputados estudiosos en materia medioambiental, tiene el honor de haber sido reconocida recientemente como la investigadora de la Universidad de Cádiz más citada por otros colegas a nivel nacional e internacional. Tal distinción se hizo pública con motivo de la celebración del Día de la Mujer, el pasado mes de marzo y aunque ella, con una humildad que la hace aún más grande, repite una y otra vez que todo es fruto de un equipo multidisciplinar compuesto por químicos e ingenieros, lo cierto es que los datos así lo atestiguan. Esas citas profesionales son contempladas como un indicador de las investigaciones que se realizan y su difusión en publicaciones especializadas.
Monserrat Pérez se licenció en Químicas en la Universidad de Granada, y en la actualidad, como doctora en Ingeniería Química, es catedrática de Ingeniería Ambiental, dentro del Área del Conocimiento de la Tecnología del Medioambiente, en la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz.
Reside en el Puerto de Santa María, donde hace verdadero encaje de bolillos para conciliar su vida laboral y familiar, habida cuenta de que junto a su marido, también lojeño y profesor universitario, tiene tres hijos y no es raro que ella tenga que viajar con frecuencia para asistir a congresos y simposios internacionales en los que expone sus conocimientos y avances en el mundo científico, además, claro está de impartir sus clases e investigar en un mundo que le apasiona.
El equipo al que pertenece viene trabajando desde hace ya largos años en el tratamiento de las aguas, los vertidos y los residuos que originan, con todo lo que ello conlleva de permanente estudio y actualización de sus objetivos.
Más recientemente, explicaba en una visita realizada a Loja durante la Semana Santa, iniciaron un ambicioso proyecto para unir los lodos de las depuradoras con la vinaza del vino y, tras sus correspondientes procesos orgánicos y químicos, obtener una apreciada energía con diversas aplicaciones.
Monserrat asegura que “no podemos permitirnos renunciar a extraer todo lo que podamos de la materia orgánica” en referencia al compost que ya se viene utilizando y la biomasa que puede considerarse como la materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía.
Según explica ella misma, sus avances científicos se centran ahora en “obtener de forma separada hidrógeno y metano” habida cuenta del mayor potencial energético del hidrógeno, en distintos reactores.
Una fuente de energía que será, que duda cabe, más interesante “y por donde ahora va la nueva vía, pero que, al tratarse de un gas explosivo, su extracción tiene una mayor complejidad, ya que el biogas ha de ser tratado posteriormente para poder utilizarse”. Una línea de trabajo que sitúa a este proyecto en la vanguardia científica.
Y nada mejor que en una buena tierra de vinos, como es el Marco de Jérez para compatibilizar el uso de los lodos con la vinaza del vino.
Con estos antecedentes, cualquiera podría pensar que Monserrat es una mujer sería y distante, sin embargo esta lojeña es cercana, accesible, simpática, alegre… Una mujer de su tiempo a la que le encanta pasar el rato con su familia y los amigos, y que no desdeña ninguna oportunidad para venir a su tierra madre.
Por último, Monserrat Pérez agradece a sus padres “que nunca escatimaron en darnos la mejor educación y los mejores estudios, y que fueron y siguen siendo el mejor ejemplo de esfuerzo, constancia y trabajo bien hecho que hemos tenido. Y especialmente a mi madre, que sigue siendo la mujer más trabajadora y generosa que conozco”, concluye emocionada.