Descarga gratuita del PDF del periódico

viernes, 10 de enero de 2025

PUBLICIDAD

Bonachera - Roscos de Loja

Ventorros de La Laguna, entre los jornales del campo y la hostelería de Mallorca

Una treintena de jóvenes abandonan cada verano la localidad para trabajar en los hoteles de la isla. Su situación de tránsito, en mitad del Cordel de Iznájar, dio origen a este anejo en el que la gran charca que le da nombre ya es historia

Muere Un Hombre De 63 Años Tras Salir Su Vehículo De La A 92 En Loja. Foto: Cedida

Es plena temporada de verano y en Ventorros de la Laguna hay menos jóvenes de lo normal. No es que estén fuera, de vacaciones, sino todo lo contrario. Tampoco se debe al progresivo envejecimiento de la población, aunque esto también es un hecho. Lo cierto es que, aunque a distancia, el sector de la hostelería es una fuente de empleo vital para esta pedanía lojeña. 

Estos jóvenes no trabajan en La Laguna, sino que su puesto de trabajo está a 800 kilómetros de distancia, en Mallorca. Hasta una treintena, junto con sus familias, dejan la localidad en torno al mes de abril para trabajar en los hoteles de la isla y en los trabajos derivados del turismo. “En verano no hay peón en el campo, por lo que se van a Mallorca a buscarse la vida”, comenta José Prados, el alcalde pedáneo. Precisamente el propio José estuvo durante ocho años trabajando allí como conductor de autobuses. Un empleo que ahora recuerda con nostalgia y que tuvo que interrumpir hace 20 años por una enfermedad. La temporada dura unos 6 o 7 meses, hasta noviembre, cuando regresan a su localidad para trabajar en el campo. 

En invierno la economía de La Laguna se basa en la agricultura. La pedanía concentra una gran superficie de olivar que supone cada año gran cantidad de jornales para los vecinos. Los agricultores de la zona llevan su recolección a la cooperativa Campo Agro. Cuando hay buena cosecha puede llegar a producir en torno a 9 millones de kilos de aceituna, que se reducen a prácticamente la mitad en malas campañas. 

En mitad de un paisaje rodeado de olivos también se cuela el pantano de Iznájar. Parte de la cola Este del embalse baña tierras de la Laguna, aunque para ver este hermoso paisaje hay que hacerlo a pie, ya que no hay salida por ningún carril agrícola.  

Ventorros de la Laguna se localiza en la parte occidental de Loja, a 9 kilómetros del casco urbano. Su situación de tránsito dio origen a este núcleo rural que se enclava entre Venta de Santa Bárbara y Ventorros de Balerma. Está justo en mitad del Cordel de Iznájar, una vía pecuaria que comunicaba Loja con la localidad cordobesa. En los alrededores de la plaza del pueblo había grandes prados  y varios abrevaderos para dar a comer y beber a los rebaños de animales que encontraban descanso en el lugar. 

Aprovechando esta situación, en este entorno se fueron asentando las primeras familias que procedían de cortijos colindantes. Lo hacían en torno a un ventorro, el bar que entonces había en la zona. Es así como se consolidaría como el núcleo rural que hoy día conocemos. El ‘apellido’ de La Laguna de esta pedanía, según se comenta en el pueblo, se debe a una gran charca que había en una hacienda cercana, conocida como Cortijo de La Laguna. Eso sí, hoy día no hay ni rastro de ella.

Ventorros de La Laguna vivió su época de esplendor en los años 70, cuando llegaron a vivir en la localidad más de 300 personas. Situación bien distinta a la actualidad, cuando se registran menos de 250 vecinos. “Cada día la población está más envejecida. No hay renovación, porque los jóvenes se van fuera a buscarse la vida”, lamenta el alcalde pedáneo. 

Un claro ejemplo de la pérdida de población la encontramos en el colegio rural de la pedanía, el Monte Hacho, que cada vez tiene menos alumnos. “Antes había tres maestros y ahora sólo quedan dos”, explica Prados, quien añade que para el próximo curso se espera que se incorpore un sólo niño al centro y dos el año que viene. 

La trama urbana de La Laguna se articula en torno a dos viales principales. Uno es la carretera A-328, que une Loja con Iznájar. Casi en paralelo discurre la calle Granada, que atraviesa el corazón de la pedanía. Justo entre ambas calles se alzan los principales equipamientos, como el colegio, el consultorio médico, el edificio de usos múltiples, y un pabellón multiusos para la práctica deportiva y también propuestas lúdicas. Justo al lado de éste último equipamiento se encuentra una pista deportiva de tierra. 

Los vecinos rinden culto al patrón, San Juan Bautista, en la iglesia del pueblo que lleva nombre del santo. Cada 24 junio, por su festividad, celebran sus fiestas populares. Otro momento para disfrutar es la ya tradicional Fiesta de la Gastronomía, que se celebra el 14 de agosto desde hace más de 20 años. En ella, cada familia elabora un plato típico que se aporta en una gran mesa dispuesta en la calle y sobre la cual se concentran los vecinos. “Todo el que venga de fuera de La Laguna también está invitado”, apostilla el pedáneo. 

TE PUEDE INTERESAR

Deja un comentario